“Sueños Abstractos a medio día” (la noche soleada del vampiro)

¿Quien dice que el destino no existe y que los vampiros no sueñan? Soñé que estaba rota, soñé que estaba aquí pero que también estaba en todas partes, soñé con el alba en un atardecer, soñé con la dualidad de mi propia condición física-espiritual, soné conmigo pero en tu cabeza.

Soné con ser humana de nueva, pero al despertar no pude recordar como serlo, soy lo que soy, las cosas que nos pasan y marcan nuestra vida, no vuelvan nunca atrás, los acontecimientos (voluntarios o involuntarios) nos marcan para siempre, y yo al ver mi cicatriz la acaricio como al bebe que nunca tuve y que jamás tendré, es aquí que entiendo que en esta cicatriz vive El, también vive mi madre, mi padre mis hermanos mis amigos y enemigos, es aquí donde tengo comprimidas todas mis memorias y el vació de una existencia sin trascendencia alguna.

Estoy llena de resentimiento y sin embargo soy un vació enorme, soy una contradicción, soy la soledad y la compañía mas grande.

Soné que estaba en un lugar lleno de gente pero aun así estaba sola, y lloraba y lloraba; y esas lágrimas eran mis compañeras eternas, puesto que el clímax de una felicidad infinita siempre desemboca en lágrimas, y la tristeza mas profunda culmina de la misma manera.

La ironía me persigue, disfrazada de contradicción. Tiene rostro de coincidencia y viste con un fino material que es flamable llamado: Destino. La veo venir de lejos, esta allí al final del túnel pero a la misma vez viene a mi lado, tan cerca de mi alma que no se puede distinguir diferencia alguna.

Y camino pero no llego a ninguna parte, solo camino en círculos, pero ¿Como puede ser eso si estoy caminando en un túnel recto? “¿Como puedo caminar en círculos?”, pienso mientras digo en voz alta: “esa flor marchita en el piso ya la había visto antes” y a lo lejos una palabra acecha mis oídos “dualidad” dice el viento “dualidad” repite la noche… Dualidad…